3 de diciembre de 2011

Estadios de la EPOC

Es necesaria una clasificación de la EPOC dado la clínica tan diversa y heterogenea que manifiesta la enfermedad.

Para clasificar los estadios de la enfermedad pulmonar se toman como referencia los síntomas de la misma además de una medición de la función pulmonar. Esta clasificación tiene diversase finalidades, entre ellas están facilitar el diagnóstico y el pronógstico de la enfermedad ya que facilitan su estudio clínico y la planificación de un tratamiento y su aplicación.

Una vez realizada la espiromestría, se considera que una FEV1 del 100% significa que los pulmones están funcionando con normalidad; 80% es menos de lo normal; 30% es mucho menos de lo normal.

Además, la Sociedad Americana del Tórax, recomienda una clasificación basándose en la interrelación entre la disnea, el deterioro del flujo aéreo y las dificultades para el intercambio gaseoso.
en función de todos estos factores se establece la siguiente clasificación:

Fase I de la EPOC: EPOC leve.
La FEV1 será, aproximadamente, del 80%. En esta fase el enfermo suele manifestar tos crónica con expectoración y el desarrollo de la enfermedad no suele intervenir con la actividades de la vida diaria.
En esta fase puede resultar útil someter al enfermo a una gasometría que permita establecer una base para estudios posteriores.

Fase II de la EPOC: EPOC moderada.
La FEV1 se reduce a un 50% de lo normal, aproximadamente. La enfermedad en este punto, supone un problema para llevar a cabo las actividades diarias, dado que hay un incremento de la disnea especialmente al hacer algún esfuerzo físico.

Fase III de la EPOC: EPOC grave.
La FEV1 ronda el 30-40% de lo normal.

En esta fase, las crisis de EPOC suelen ser más habituales y, a veces graves. La enferemdad en este punto no permite desarrollar una actividad diaria normal.
Es necesario un control periódico de los gases arteriales, del mismo modo que debe ser evaluado por un neumólogo con cierta frecuencia.

Fase IV de la EPOC: EPOC muy grave.
La FEV1 es menor del 30%, con crisis reiteradas que llegan a poner en peligro la vida del paciente.
Se aprecian signos físicos como son: coloración azulada de la piel y de las mucosas (conocido como cianosis, acumulación de líquidos en los brazos y en las piernas (o edema). Consecuencias directas de lo avanzado de la enfermedad son: la pérdida de peso, el incremento de la sensación de falta de aire y una tos crónica acompañada de expectoración mucosa muy abundante.

Resumiendo...

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