1 de diciembre de 2011

Establecer un diagnostico de la EPOC

Los síntomas de la EPOC, empiezan a manifestarse en edades tempranas y generalmente es cuando las personas son  mayores de 40-45 años cuando se dianostica.
Uno de los datos que se tiene en cuenta es el número de paquetes año: se calculan dividiendo el número de cigarrillos que se fuman al día entre 20 y multiplicando el resultado por el número de años que hace que se fuma. Este suele ser de un mínimo de 20 paquetes año.

De acuerdo con la Sociedad Americana del Torax (American Toraxic Society), los elementos a tener en cuenta para a la hora de establecer un diagnóstico son: la historia clínica, el examen físico y los datos de laboratorio.
En cuanto a la historia clínica, prestar especial atención al hábito tabáquico, a la contaminación ambiental expuesto,en especial en el área de trabajo; a enfermedades pulmonares agudas que padezca y a la frecuencia de las mismas así como la recurrencia de los signos y síntomas típicos: tos (frecuencia, duración, se es o no productiva, momento del día en el que se produce...); respiración sibilante; disnea; etc.

El examen físico está destinado a detectar el tórax en tonel, retracción costal inferior inspiratoria (signo de Hoover), espiración prolongada y uso de los músculos accesorios de la respiración, pero estos signos a veces están ausentes, incluso en los casos de enfermedad grave.
En la auscultación respiratoria el murmullo vesicular suele estar disminuido y el tiempo espiratorio prolongado. En las reagudizaciones se pueden oír sibilantes o roncus de predominio espiratorio. La cianosis es poco frecuente y sólo se detecta en estadios avanzados de la enfermedad o en situaciones de insuficiencia respiratoria.

Los datos de laboratorio necesarios para llegar a un diagnóstico de EPOC serían:

Radiografía de tórax:
Esta se realiza en todos los pacientes con sospecha de EPOC por dos razones, para comprobar si existe efisema pulmonar y para descartar otras enfermedades asociadas al pulmón (neumonía y derrames pleurales).







Funciones pulmonares:
Es útil para cuantificar el nivel máximo de la función ventilatora. 
Para comprobarlo se utiliza la espirometría, antes y después de broncodilatadores. Es esencial para comprobar el grado de obstrucción del flujo aéreo, si existe posibilidad de reversibilidad, así como para conocer la gravedad de la enfermedad y su progreso.
Por tanto, la espirometría debe incluirse dentro de los exámenes rutinarios.

Volúmenes pulmonares:
Mide el volumen pulmonar residual que aumenta cuando existe obsdtrucción del flujo aéreo. También da una idea de la relación entre el volumen residual y la capacidad funcional de reserva.
Reversibilidad mediante broncodilatadores:
Debe realizarse para descartar el asma. Un aumento considerable del volumen de aire espirado en un segundo (FEV1) tras la administración de un broncodilatador, ugiere el diagnóstico de asma.

Gasometrías:
Es una prueba de sangre que mide la concentración de oxígeno en una una muestra. Además de dar una idea del estadio en el que se encuentra la EPOC, también se requiere para determinar el tipo de oxigenoterapia que vaya a recibir.

Examen de esputo:
Este es útil para determinar si hay una exacerbación infecciosa de la bronquitis crónica, así, un esputo que suele ser de consistencia mucoide y en la que predominan macrófagos, pasa a ser amarillento con presencia abundante de neutrófilos. Cuando aparece hay que iniciar una terapia con antibiótiocos.

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